miércoles, 26 de septiembre de 2012

De zanahorias, pepinos y manzanas

He descubierto que se puede sobrevivir sin dos comidas fuertes al día de tres platos cada una.

Parece obvio, pero cuando llegué a Dinamarca este tema me agobiaba muchísimo. Para ir al børnehave (guardería), Daniel tenía que llevar su madpakke (caja de comida) con la comida. Por suerte tenía a mi suegra cerca para iniciarme en este mundo: rugbrød (pan negro) con pålæg (la chicha), y unos tomates cherry, zanahorias, pimiento, pepino y/o fruta para acompañar. Ya llevo varios años de experiencia, y lo que mejor nos funciona es un bocadillo de pan negro, otro de pan de molde (Horror! Una vez vino un amigo de Daniel a casa y no sabía lo que era!) y según el día, fruta o verdura para acompañar. Normalmente le ponemos zanahoria, que es muy cómodo y se la come sin problemas, además de que a media tarde (danesa, se sobreentiende, alrededor de las 3) toman generalmente fruta en el colegio con el GFO (SFO se llama normalmente, skolefritidsordning, pero en Gentofte lo personalizan. Es como un recreo vigilado o tutelado por pedagogos y ayudantes que complementa las horas de clase, así que está abierto de 7 a 5 de lunes a viernes, salvo días festivos nacionales) en el rato que llaman de "hygge", que es la palabra que se utiliza para definir un buen rato en el que uno se siente a gusto.

Los niños en el børnehave llevaban bolsas con pepino, zanahorias, pimientos o fruta cortada para el recreo. A veces era eso lo único que comían. Y yo insistiendo a Daniel día tras día para que se comiera todo el madpakke. Y si había dejado algo, se lo daba de merienda. Nada de tirar comida. Exactamente lo contrario a lo que hacen aquí. Son los niños quienes deciden qué comen, cuándo y cuánto. Es tan distinto a lo que yo estaba acostumbrada...

Con Ulrik, cuando tenía unos ocho meses, en una visita de la enfermera para control, se me dijo que lo sentara a la mesa a cenar con nosotros, la misma comida. Y además pretendía que le diera pan negro a mediodía! Yo estaba horrorizada. Por supuesto, seguí dándole mis purés, al más puro estilo español, para comer y cenar. El tiempo que estuvo con la dagplejemor (una especie de madre de día como alternativa al vuggestue - guardería para más pequeños) aprendió a comer a la danesa: pan negro, fruta, verdura, leche en la comida, y pan con mantequilla, por supuesto todo ecológico, pero con las manos y limpiándose en la ropa. Llegaba a casa comiéndome cruda, así que las cenas siempre han sido bastantes contundentes. Ahora Ulrik está en un børnehave (bendito børnehave!) y come lo que preparan ahí. También es todo ecológico, pero me pregunto cuánto deben ganar con el tema de las comidas, porque para ponerles pan negro, pan blanco, mantequilla, paté la mayoría de los días y a veces sopa de tomate o risengrød (una especie de arroz con leche) como plato único, no debe ser un mal negocio. Fruta también toman. Sigue llegando a casa muerto de hambre.

En fin, yo quería hablar de lo que me impresiona cuánta fruta y verdura toman. A veces sólo eso. Cuando tienen hambre, zanahorias. Como aperitivo, zanahorias... Puede ser porque vivo en Gentofte, pero entre eso y la obsesión por correr, la bici y el deporte, están estupendos. Y no se mueren por no comer, es una decisión. Comen lo que quieren y cuando quieren, y eligen comida sana. Wow.

Hoy he tenido grupo de madres (con Carla). Una nos preguntaba con cuánta frecuencia cambiábamos los pañales con caca al día, porque ella ayer había se los había cambiado a su hijo dieciséis veces, por ejemplo. Y no puede ser por la comida, porque no está comiendo ni ésto ni aquello ni lo de más alla (menuda lista que dio en un momento). Incluso un día comió una manzana en todo el día... Mi primer pensamiento fue: "si yo me viera en su lugar, en lugar de comer una manzana en todo el día, si acaso me pondría hasta arriba de arroz". Daneses...

lunes, 24 de septiembre de 2012

Otoño

Siempre que llega el otoño alucino. Recuerdo cuando mi primera profesora de danés hablaba de lo largo que se puede hacer Noviembre en este país...

“Året har 16 måneder: November,
december, januar, februar, marts, april,
maj, juni, juli, august, september,
oktober, november, november, november, november.”

A mi me parece que Dinamarca es tan gris para que nos sorprendamos. De repente tienen sentido esos colores que todos visten. Y las hojas de los árboles y flores que quedan parecen tener luz propia. Desde el 1 de Septiembre, que aquí es oficialmente otoño, empieza todo a cambiar. Los mayores empiezan a vestir cortavientos de invierno y se empieza a ver botas y bufandas. Esos pelos tan rubios, casi blancos, brillan. Y empieza el sutil cambio de los árboles, que se llenan de tonos marrones, amarillos, naranjas, granate... Hasta que un día llega un viento aún más fuerte que el habitual, y llena de color el suelo. Entonces ya será invierno.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Apellidos

El mes pasado nació Carla. Daniel y Ulrik se han convertido en hermanos mayores. Daniel nació en Granada y Ulrik en Zaragoza.

Cuando llegamos a Dinamarca en Diciembre de 2008 tuvimos que darnos de alta. Al tener padre danés no hubo problemas con los niños. Les dieron directamente su CPR, que es la identificación danesa. Quedaron registrados con nombre, midtnavn y apellidos. En España, para no perder el midtnavn de la familia de mi marido, están inscritos como con nombre compuesto, primer y segundo apellido.

Mi apellido apenas lo usan, lo normal aquí es tener uno solo, aunque se hacen excepciones, como en nuestro caso, al haber nacido en otro país y estar registrados así en el país de origen.

Al nacer Carla e inscribirla, recibimos una llamada diciéndonos que no está permitido por ley tener dos apellidos. Al final decidimos unirlos y, sin ningún problema, está registrada así. Con apellidos distintos a sus hermanos. Por suerte, en la Embajada española no hubo problemas (salvo que hubo que rectificar el libro de familia porque mi suegra aparecía como madre de mi hija), y conserva los primeros apellidos de su padre y mio.

Tenemos ahora que pagar una pequeña tasa y convertir en apellido compuesto los de los niños.

Espero que más adelante no les de problemas. Por ahora el único que le encuentra inconveniente es Daniel, de ocho años, porque le parece demasiado largo...

Conmigo la cosa es diferente. No me acostumbro a que utilicen mi segundo apellido como "mi apellido". No me reconozco. De un tiempo a esta parte he decidido presentarme directamente con mi primer apellido como único, pero cada vez que hay algo oficial de por medio volvemos al error clásico, que no puede ni llamarse error, porque es la manera natural de hacer las cosas aquí.

Acostumbrarse o morir.

DIN-A_Marta

Hola! Me llamo Marta y vivo en Dinamarca.

Soy española, casada con un danés y con tres hijos. Llegamos aquí hace casi cuatro años y este país me sigue sorprendiendo. En todo. Su gastronomía, su arquitectura, sus playas, puentes, casas de verano, ciudades... Pero sobre todo, su gente.

Poco a poco me voy adaptando, pero creo que no es más que amoldarse por un tiempo, para luego volver a mis raíces. Está siendo más duro de lo que pensaba, pero merece la pena.

Soy arquitecto, pero no es más que un título. Aquí sólo me ha salido un trabajo de tres días (que me dio la vida), porque el resto ha sido gratis en espera de que la situación cambiase y todo fuera a mejor. Nunca llegaron esos tiempos. Doy clases de español cuando tengo alumnos y soy madre a tiempo completo.

Muchas veces he pensado en escribir mis vivencias aquí para hacer más fácil a otros entender Dinamarca. Por fin me veo con ganas. Pretendo sentarme un poco cada día y compartir así el descubrimiento de mi propia Dinamarca. DIN-A_Marta.

Bienvenido.